13.10.07

Intimidad Accidentada

"El periodista respetará el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, teniendo presente que ... [e]n el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos y circunstancias[; y] las restricciones sobre intromisiones en la intimidad deberán observarse con especial cuidado cuando se trate de personas ingresadas en centros hospitalarios o en instituciones similares."
-Código Deontológico de la Profesión Periodística, Federación de Asociaciones de la Prensa Española (1993).

Hace un par de días, América Noticias interrumpió su edición central con el reportaje "en vivo" de un accidente en la Carretera Panamericana Norte. De inmediato presentaron las imágenes del accidente. Antes de la narración del reportero, Mávila Huertas, advirtió al público sobre la posibilidad de que el reportaje incluya "imágenes fuertes". El reportaje, como era de esperarse, carecía de mayor información y relevancia. Pero, trajo a luz la morbosidad y el sensacionalismo que imperan en nuestros medios; así como el total descuido por la intimidad del ciudadano.

El respeto a la intimidad de las personas es, y debe ser siempre, uno de los preceptos básicos del periodismo. Se le reconoce así en todo el mundo, de ahí la cita inicial. Estos principios básicos se enseñan en todas las escuelas y facultades de periodismo en el país. Pero, evidentemente, es lo primero que se olvida al momento de ejercer la profesión. Justificar este hecho con la necesidad de buscar mayor "rating" es como autorizar a un médico particular a violar los principios éticos siempre que sea para conseguir más pacientes.

¿Cuantas veces hemos visto a algún reportero irrumpir en un hospital y entrevistar a la pobre víctima de un accidente, muchas veces convaleciente y postrada en una cama? ¿Cuantas más hemos visto las imágenes de algún ciudadano muerto, a duras penas envuelto con periódicos o lo que haya a mano, mientras se espera la llegada del fiscal de turno? Y, ante esas horrendas imágenes, alguna vez se han preguntado ¿porqué se necesitaba mostrarlas? ¿Contribuyó acaso en algo que se muestre a la víctima, ya sea muerta o postrada en una hospital? ¿No era acaso suficiente que el reportero, haciendo uso de aquello que aprendió en la universidad o con el ejercicio mismo de la profesión, nos cuente los hechos relevantes - el famoso quién, cómo, dónde, cuándo y acaso el por qué de las cosas?

Por supuesto que hubiese sido suficiente el reportero haga su función de reportar la noticia. Quizá el público en general se hubiese enterado de los hechos en forma más clara y concisa. Y, es que no es siempre cierto que una imágen vale más que mil palabras. Los periodistas deberían saber bien esto.

No quiero decir con esto que nunca se deben mostrar imágenes de dolor o de aflicción. Pero, es que se debe hacer sólo cuando éstas sean verdaderamente noticiosas. ¿O, es qué de verdad creen que todos los accidentes de tránsito - los mortales y los que no - son hechos noticiosos? Peor aún, ¿acaso toda muerte, ya sea en la calle o en un hospital, es un hecho que amerita reportarse? No olvidemos que los noticiarios duran por lo general una hora, de la cual por lo menos 15 minutos son dedicados a la publicidad. Desde ese punto de vista es incluso irresponsable el mal uso del limitado tiempo que hay para las noticias.

En países como el nuestro, el periodismo - por no decir, los medios en general - tienen la obligación no sólo de informar, sino también de educar. Entonces porqué no educar con el ejemplo, y empezar por enseñar el respeto al prójimo. Porqué no enseñar, al fin, el respeto a la intimidad que, muchas veces, es lo único que en realidad poséen nuestros compatriotas menos afortunados.

Aquellos periodistas que se visten de protectores de las masas más pobres, los que dicen que muestran las imágenes para demostrar la magnitud de los hechos, no hacen más que aprovecharse de los más desafortunados para sus propios fines comerciales. Se necesita un cambio y pronto.

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