14.10.07

De Fútbol y Sinvergüenzas

Por todo lo acontecido en estos días es ineludible hablar de fútbol. Precisamente, hace pocos días vimos la entrevista realizada por Nicolás Lúcar en Día D a Manuel Burga, en la que con muy pocas artes, Lúcar consigue mostrar a Burga como lo que es, un sinvergüenza. Y, lo que es más, Lúcar - o quizá sea el propio Burga, cual pez muriendo por la boca - revela las falacias de los argumentos con los que se ha enquistado en la máxima dirigencia de la Federación Peruana de Fútbol.

Muchos dirán que Lúcar y Burga son personajes muy parecidos, y quizá tengan razón. Por mi parte, aunque con cierto mal sabor en la boca, debo reconocer el logro de Lúcar en esta entrevista.

Parece mentira, pero Manuel Burga pretende ahora convertirse en el defensor de los derechos del ciudadano común y corriente. ¿Por qué debe uno "humillar" ante el acoso del Instituto Peruano de Deportes (IPD) y, por ende, del estado peruano?, pregunta Burga. Pero, el mismo Burga reconoce que está apoyado por la FIFA y toda su ... plata. Ya quisiera todo ciudadano de a pie en el Perú tener esa clase de apoyo. Además, no olvidemos que la FIFA es una organización que se caracteriza precisamente por la longevidad poco sacra de sus máximos dirigentes (cualquiera que lea estas lineas habrá vivido con más Papas que presidentes de FIFA), y que ha estado envuelta en una serie de casos de corrupción.

Pero, lo verdaderamente excepcional es la facilidad con la que Burga pretende apoderarse del mérito de la selección sub-17 de fútbol, y a la vez zafar de responsabilidad por el rotundo fracaso de la selección mayor. Alguién avísele, por favor, que las cosas no son así. El dirigente es el responsable de todo lo que se hace bajo su gestión, lo malo y lo bueno. El buen dirigente tiene ética profesional y vergüenza deportiva; este señor parece carecer de ambas cosas. El mejor dirigente pone todo el esfuerzo para que su empresa triunfe, y el pecho cuando las cosas no salen bien. Lo de Burga es caso opuesto.

Habría que recordarle a Burga que, salvo la Sub-17, todas las selecciones de fútbol del Perú han fracasado; que el campeonato profesional es de bajísimo nivel; que la Copa Perú no es sólo amateur, sino de paupérrimo nivel futbolístico y organizativo; que salvo el esfuerzo de entidades privadas, no hay ningún intento de promover el deporte a nivel infantil. Ante este balance reclamar otra clase de reconocimiento es verdadera sinvergüencería.

Pero, en el colmo de la caradura, Burga esquivó responsabilidades aludiendo que el fracaso es por la baja calidad de los jugadores peruanos y de los clubes ("Se juega con los jugadores que hay. Y, ¿quién pone los jugadores? Los clubes", dijo). Bajo este criterio, entonces él no es responsable de nada, ni siquiera de los logros de la Sub-17 . Bajo este criterio, Burga sólo es responsable de lo que hace Burga personalmente. Entonces, ¿para qué está él? Si la FPF no tiene ninguna injerencia en lo que hace la selección nacional de fútbol; si no puede afectar en nada a la producción de más y mejores futbolistas y directores técnicos; si no está en su potestad promover este deporte; entonces, ¿qué cosa dirige Burga?

Podría dedicar mucho tiempo a sus compinches, Silva y Mallqui, y otro tanto a los dirigentes departamentales, pero ellos no fueron entrevistados en Día D.

Uno de los peores males de nuestra sociedad es la "criollada." Alguna vez dijeron que Burga era sólo un criollo más. Pues, este "criollo", como en su hora aquel criollo nisei que hoy espera juicio, o su ya encarcelado complice, está haciéndole tremendo mal al país. Lo de Burga, por supuesto, no llega al nivel de los otros dos "criollazos", pero no deja de ser dañino. El fútbol no es algo sin importancia para un pueblo con tan pocas vías de desfogue o entretenimiento como el nuestro. Decir lo contrario es no comprender a nuestra sociedad. Nadie, ni siquiera el más poderoso aliado de la FIFA, puede, ni debe, aferrarse a un cargo contra el deseo del 95% de los hinchas - o sea, el público para el que supuestamente va dirigido el fútbol y del que el fútbol vive.

Burga pretende imponer su voluntad a la todos los peruanos, so pena de que el Perú sea desafectado de las competiciones internacionales. Por mi parte, más allá del costo político para el gobierno por dicha suspensión, soy de los que cree que no sería un mal resultado, ya que facilitaría la restructuración que tanta falta le hace a nuestro fútbol. Sólo me queda decir, con un amargo sabor en la boca: gracias, Nicolás Lúcar, por permitir que este tipo se pinte a si mismo de cuerpo entero.

1 comentario:

Dante Chalco dijo...

Necesitamos 22 futbolistas y 5 entrenadores para conformar la Nueva Súper Selección de Selecciones (SSS) de Fútbol del Perú. dantechalco@gmail.com