6.5.08

Las Protestas Nuestras de Cada Día

¡Otra vez, Andrés! Las protestas de los trabajadores mineros - esta vez de Casapalca - causó inadmisibles daños personales, además de incalculados daños materiales. ¿Hasta cuándo tendremos que soportar estos atentados? Difícilmente podemos esperar que las fuerzas del orden los prevenga cuando desde el Congreso de la República, y también desde varios medios de comunicación, se lanzan acusaciones, investigaciones y hasta amenazas de todo tipo cada vez que la policía actua.
La responsabilidad de la Policía no es sólo proteger a la ciudadanía, sino también contener y disuadir disturbios. Así como no toda protesta es un disturbio, no toda acción anti-disturbio es represión.
Pero, en el Perú parece que ignoramos lo que es el diálogo, y que precisamente la protesta puede ser parte del diálogo. Pero, la protesta no necesariamente implica violencia. ¿Acaso logran su objetivo hiriendo a terceros, como a la pasajera del autobus destruído por una roca criminalmente lanzada hoy por los trabajadores mineros? Cuestionado por un periodista, un trabajador de Casapalca dijo que la violencia era necesaria ya que de otra forma nadie iba siquiera a visitarlos. Correspondería entonces a los medios darles la espalda a estas protestas para que se enteren de una vez que deben dejar de lado sus formas criminales.
Por otro lado, ya es hora de que los congresistas se dediquen a cosas más constructivas, en vez de dedicar tanto tiempo a socavar más nuestras instituciones, incluyendo a la policía. El Ministro Alva Castro tendrá que ir al Congreso este miércoles para declarar nuevamente sobre la muerte de dos cocaleros durante una protesta en Huamanga el 18 de febrero pasado. Anteriormente, el ministro había negado que la policía había utilizado escopetas con perdigones de plomo durante esa protesta. Días después, el fiscal de Huamanga acusó a un policía de supuestamente haber disparado mortalmente a los dos cocaleros.
Ya que la fiscalía presentó la acusación, sería mejor dejar que las investigaciones sigan su curso. Pero, que no se olvide que no sólo se debe comprobar que el policía disparó los tiros mortales, sino que lo hizo sin razón o justificación legal. Claro está también que dejar que las cosas sigan su curso natural le restaría vitrina a ciertos congresistas figuretti.
Sería bueno preguntarle a los congresistas, ¿en qué Perú quieren vivir? Exigen más seguridad en las calles; pero, no quieren que la policía use las armas naturales para su trabajo. Piden que haya orden; pero, maniatan a las fuerzas del orden. Pero, ¿qué digo? Este Congreso no sabe de lógica.


Protesta en Roma, 2004.

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