26.7.08

La Oposición y la Mesa

Hace pocas horas se eligió a la nueva Mesa Directiva del Congreso de la República, encabezada por el aprista, Javier Velásquez Quesquén. Una vez más el APRA venció a la oposición.

Más allá de lo que se pueda decir sobre la conveniencia del supuesto "pacto" entre el fujimorismo y el APRA, habría que analizar si esta tercera elección de una Mesa Directiva oficialista es prueba de la capacidad política de la bancada oficialista o de la incapacidad de las bancadas opositoras. Todos los días escuchamos ataques al gobierno desde todas las bancadas opositoras, lo cual haría suponer que un acuerdo entre ellas para hacerse de la dirección del Congreso sería algo fácil. Pero, es que más pueden las diferencias que separa a estas bancadas, que la mutua necesidad por gobernar. Lo cierto es que el APRA se debe sentir tranquilo mientras que el principal grupo de oposición (por el número de congresistas) sea el humalismo. Y, es que no tienen la capacidad organizativa, negociadora ni de coercón para afrontar al viejo partido de Haya de la Torre.

Quien debe alegrarse de la ineptitud de la oposición es el APRA y sus allegados. Pero, el resto del país debería estar preocupado sino triste. No lo digo porque crea que el gobierno aprista esté fracasando en su segundo turno en el gobierno, pues francamente lo están haciendo bien. Pero, cuánto mejor lo haría si tuviera en frente a una oposición leal, hábil y legítima. No tengo duda que los avances del Perú serían aún más notables.

Por eso hago eco de algo que dijo Felipe Osterling hace unos días: la necesidad de la renovación del Congreso por tercios. Lo dicho por Osterling no es ni nuevo, ni de su invención. Y, a decir verdad, dudo que el desembolso fiscal para efectuar tres elecciones nacionales en apenas 5 años se pueda justificar, pero la renovación de por lo menos la mitad del Congreso a mitad del periodo obligaría al Congreso a sujetarse más al mandato del electorado, y menos a sus intereses personales. Nos permitiría deshacernos de aquellos que no sirven para legislar y nos daría una nueva posibilidad para poner en las curules a gente con aptitudes para ello. Quizá esta sea la oportunidad para que la oposición trabaje a más conciencia en favor de este tipo de reformas.

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Triste también es la actuación de muchos comentaristas políticos, o más apropiadamente "talking heads" ("cabezas parlantes), al criticar el acuerdo entre el APRA y el fujimorismo en estas elecciones. Aparentemente es deleznable que el gobierno "pacte" con el fujimorismo, pues cualquier arreglo con el fujimorismo se basaría en posibles beneficios para el reo ex-presidente. ¿Sería entonces menos vil que el fujimorismo pacte con el resto de la oposición? ¿O es que lo que prentenden es el ostracismo al fujimorismo? ¡Tamaña fantochada! De todos modos hay que estar vigilantes ante lo que se haga a favor del recluso.

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Comentarios de último minuto.

Excelente el reportaje de Anuska Buenaluque en Cuarto Poder sobre la introducción de los transgénicos en el agro peruano. También debemos resaltar el "fuego cruzado" entre los Ministerios de Agricultura y del Medio Ambiente sobre el tema. Los intereses del Perú no sólo son los de un grupo, sino también los de aquellos que están en la acera de enfrente. Todos esos intereses deben estar representados en el Ejecutivo y en el Legislativo. Sólo así puede llevarse a cabo debates saludables y completos para llegar al verdadero consenso, especialmente en temas sobre los que la población en general no está tan informada.

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Por otro lado, criticable es el reportaje de Maribel Toledo-Ocampo acerca de la elección de la Mesa Directiva del Congreso, que más pareció un rábido ataque al APRA. La postura de Cuarto Poder (y de América Televisión en general) es claramente anti-aprista. Y, es que no pretendemos que se deje de criticar al gobierno, si no que la crítica sea más balanceada: critiquen lo malo; elogien lo bueno - especialmente en un país con tan pocos medios televisivos nacionales. Pero, en América TV, como dice repetidamente Rosa María Palacios, sólo consideran que su trabajo está hecho si se oponen al gobierno. Es como si lo único que les satisfaga es el fracaso del gobierno, y por ende, el fracaso del Perú. Esa clase de postura no es ni saludable ni beneficiosa para el país.

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