23.9.08

Cacería de Bruja-ja-ja-ja

Se suele decir que la risa es la mejor medicina. Incluso hay estudios científicos que confirman este adagio. Debemos entonces anticipar muy buena salud al menos por unos días más gracias al editorial de hoy en Perú 21.

Resulta, pues, que ahora hay indignación en Perú 21 por una supuesta "cacería de brujas" desde el Ministerio Público. Augusto Alvarez Rodrich se escandaliza por la investigación por presunta apología del terrorismo en los textos escolares y por el proceso penal en contra de Leysi Suárez. "¡Arrancar cielos pretendo!", me parece oirle gritar a Alvarez Rodrich. Y, yo le respondo: ¡Pamplinas!

No voy a defender la corrupción ni la exageración con la que actuan muchos de nuestros políticos, para los que más parece interesarles la foto en el periódico del día siguiente que el efecto que puedan producirle sus acciones a la sociedad peruana. Me parece un absurdo despilfarro de recursos la acusación en contra de la Srta. Suárez, cuyo verdadero crimen fue prestarse para la huachafería. Me parece también que se debe estudiar si el extraño contenido en los textos escolares debe clasificarse como apología del terrorismo, o es simplemente una ofensa a la susceptibilidad del pueblo, y entonces determinar el castigo o reparo que merezca. Pero, como es el caso de la gran mayoría de investigaciones y otros actos del Congreso, no era necesario hacerlo con tanta fanfarria.

Mi risa no es porque no crea en las "cacerías de brujas" sino porque hay que ser muy ciego, muy cretino, o muy sinvergüenza para pretender que éstas existen sólo en algunos sectores de nuestra sociedad.

Desde aquí hemos criticado anteriormente esta repugnante constumbre de acusar, denunciar, investigar y recriminar que parece haberse convertido en el nuevo deporte nacional de los peruanos. Ahora, se acusa por acusar. Se denuncia abiertamente o con insinuaciones. Ahora todos somos sospechosos de alguna fechoría. Lo hacen los políticos, los periodistas, y la gente común y corriente. Lo primero que hizo este gobierno al empezar su mandato fue acusar e investigar al anterior. El gobierno anterior hizo lo mismo. El que venga también lo hará, sin menor duda. Pero, lo peor es que en la calle la ciudadanía ya no sólo acusa, ahora también ajusticia criminal y salvajemente y con toda impunidad.

Hay un grupo de practicantes del "periodismo moderno" que se auto-declaran fiscalizadores de todo y de todos los que vivimos en el Perú. (¿A ellos quién los fiscaliza?). Pero, de moderno nada. Vean si no la película "El Ciudadano Kane" (filmada en 1941). Este tipo de "periodismo moderno" no es más que una arista de lo que propone el personaje principal, Charles Foster Kane, en la película. Si no hay noticia, la crean a base de acusaciones, denuncias e investigaciones. ¿Qué otra explicación hay, por ejemplo, para la fatal campaña de "adopte un congresista"?

Resulta pues que ahora todos los congresistas tienen que comprobar su inocencia pues ya todos son sospechosos. En el Perú de estos "modernos" ya no hay más presunción de la inocencia. Y, entonces, ya no importa como responda el Congreso al pedido de información sobre gastos operativos, el Congreso saldrá aún más perjudicado, su imagen más socavada. Es decir, no se beneficia la sociedad pues, por el contrario, se demuele aún más una importante institución; ni se fortalece en nada la frágil democracia peruana. ¿O, es que acaso alguién confía más en Javier Valle Riestra sólo porque autoriza a que se divulguen sus ingresos en el Congreso? Lo cierto es que los únicos beneficiados son los "periodistas modernos" que arman y publicitan la campaña.

No digo con esto que el ciudadano no tiene derecho a recibir información de sus gobernantes. Por supuesto que tiene derecho, y debe haber mecanismos para ejercerlo. Así, como debe haber mejores mecanismos para procesar y castigar a los funcionarios que incurran en faltas o crimenes. Pero, no soy partidario de derrumbar todo el edificio sólo para ver si dentro de sus paredes había algún ladrillo que no era perfectamente rectangular. Y, menos aún cuando es tan fácil ver quiénes son los que salen favorecidos de estas "campañas" no son precisamente el pueblo, la democracia ni el desarrollo de nuestras instituciones.

Pero, bueno, las cacerías de brujas existen. Lo curioso del editorial de Perú 21 es que igual que sucedió en Salem, Massachusetts, todos estaban a favor de la cacería hasta que los acusadores fueron también acusados. Habrá que ver si éstas continuan o si por fin decidimos hacer algo constructivo por nuestro país antes que se nos acaben los días de bonanza. Hasta entonces, busquemos el lado jocoso de estas cosas a ver si podemos seguir riendo ahora que los médicos están de huelga.

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